El 28 de abril de 1989 nació Jose Luis Velasco Elizondo, un angel disfrazado con una muy grande misión: cuidar a quienes más amaba y ser grande y querido entre todos. Jose Luis siempre fue un niño muy introvertido, con una notable dificultad de expresión, pero con toda la intención de derrumbar cualquier limitación en su camino. Esa fortaleza indudablemente la encontró en su madre preciosa, en Miriam Alejandra Elizondo Salazar, que lo cobijó y amó incondicionalmente desde el momento que lo vió nacer. Para Jose Luis y sus hermanos, Miriam fue la prueba más pura de que existe un Dios, de que existe la belleza y el amor infinito. Miriam fue eso para Natalia, Emilio, Andres y para Jose Luis: lo más bello, puro, guardián y divino en sus vidas. El fallecimiento de Miriam cuando eran aún muy pequeños marcó sus vidas eternamente. Desde aquél entonces, Jose Luis quien siempre amó y protegió a sus hermanos más que nadie, se propuso vivir para regresarles aquella felicidad de las que fueron privados cuando Miriam partió.
Jose Luis nació con muchos dones. El más grande y notable don que él tenía era el don de la generosidad. El sabía dar más que recibir. Él vivió para dar. "Cómo te ayudo? Cómo te escucho? Qué necesitas? Cómo te cuido?" Prestar su atención, siempre dispuesto, listo para actuar en tu nombre o para ver que nada te faltara, ese era Jose Luis. Pareciera irónico que a un hombre que le faltó tanto de niño tuviese la disposición de entregarlo todo por los demás. Si alguien que Jose Luis amaba derramaba una lágrima o sentía amenaza o dolor, era suficiente para ver salir a la superficie el gran héroe que él llevaba dentro. Un héroe listo para defender, para encarar, para proteger y para amar. Héroe de la justicia pues, al menos en su corazón, el siempre tomó acción por alcanzar dicho valor.
A sus seis años de edad Jose Luis perdió al gran amor de su vida, y su vida junto con la de sus hermanos, nunca fue la misma. Creció con un gran vació mas sin embargo, intentó ser lo mejor que él pudo ser. En su infancia y adolescencia comprobó tener un gran talento para el deporte. Siempre puso su corazón y pasión en la cancha de fútbol, todos sabíamos que, de haberlo deseado, el pudo haber sido parte de la selección pues nació con ese gran talento. Su fuerza y rapidez física siempre fueron admirables. Jose Luis era Tauro, un toro, pero un toro noble y dadivoso. A final de cuentas nuestro hermoso Jose Luis era también un ser humano, y como todo ser humano, cometió errores, careció de guianza, intentó la mayoría del tiempo llenar vaciós muy grandes, más grandes de los que podremos jamás imaginar, pero su esencia era heróica.
Hoy Lunes, 23 de Abril celebramos la vida de un gran hijo, hermano, sobrino, nieto, amigo y héroe que se nos fue muy pronto. Celebramos la vida de un hermano que vivió para escudar a sus seres queridos, sobre todo a Natalia, Emilio y Andres de quienes estaba sumamente orgulloso y enamorado. Celebremos el ejemplo de generosidad y entrega que lo caracterizaban. Jose Luis era el más grande ejemplo de nobleza con un corazón del tamaño del sol que solo sabía desvivirse por sus seres queridos. Y aunque él siempre se mostró muy fuerte por fuera, en su interior vivía un niño muy vulnerable y carente de cariño; un niño que dió mucho y merecía más, mucho más.
Jose Luis cobijó y amó a muchos a su manera. En busca de la felicidad, dio de sí mismo lo más que pudo durante su corta vida, y ahora Dios y su madre hermosa lo cobijan eternamente a él, devolviéndole la paz y claridad que tanto buscaba.
Sabemos que estás ahorita presente en espíritu, Jose Luis. Estás aquí sobre nosotros, escuchándonos. Debes saber lo mucho que te amamos y amaremos por siempre. Te vamos a extrañar, te vamos a soñar y te vamos a recordar con dicha y admiración. Siempre fue muy admirable presenciar tu fortaleza, tu determinación, tus ganas de salir adelante, tu coraje y tu inigualable caballerosidad. Le dejas a tus hermanos un gran hueco pero sobre todo el gran orgullo de poder decir "Jose Luis fue mi hermano. El hermano que siempre me quiso ver brillar y que se desvivió por mi, me protegió y me quiso ver feliz lo más que pudo." Ahora tus hermanos saben que ser grandes y brillar es posible porque Miriam y tu los protegerán y brindarán guianza por siempre y nunca les faltará nada.
Te buscaremos en nuestras oraciones siempre y sabemos que ahí estarás, siempre listo para brindar tu ayuda, tu amor y tu soporte. Todo en este mundo es posible y por eso hay que esforzarse siempre y sabernos grandes. Tu nos enseñaste esto. La vida nunca será igual sin ti, Jose Luis, pero nos dejas una gran lección. Amemos incondicionalmente, veamos por nuestro prójimo, no olvidemos que un beso y un abrazo nunca están de más pues nunca sabemos cuando nos tendremos que despedir de quienes amamos, seamos lo mejor que podamos ser, busquemos justicia en nuestros actos, en nuestras palabras y en nuestros pensamientos. Vivamos para dar, para iluminar y enriquecer la vida de quienes nos rodean. Todo esto y más hizo Jose Luis durante su corta vida, y ahora pasa a un plano espiritual lleno de luz y dicha para seguir haciéndolo sin ataduras ni aflicciones.
Fuiste grande, Jose Luis, muy grande, más grande lo que te imaginas, y nadie jamás llenará tus zapatos. Te amamos hoy y siempre. Descansa en paz.
TE AMO JOSE LUIS
Priscy